El día de hoy se afinarán los últimos detalles en cuanto a la tan atropellada y ene veces mentada reforma energética, la cual ha generado controversia en prácticamente todos los estratos de la sociedad, desde los que se juegan cada segundo su multigeneracional comodidad gracias a esta paraestatal, como los que no tienen ni la más remota idea siquiera de qué es el petróleo.
Huelga dar detalles de los puntos a favor y en contra que tanto se han manejado, al fin y al cabo ninguna postura dice la verdad. Lo que sí hay que destacar de este ir y venir de argumentos y lamentos, es la forma tan burda, insulsa y por demás ridícula en la que ambas partes han querido convencer al pueblo.
¿De cuándo acá al gobierno le ha importado lo que opina el pueblo? Pedir su apoyo es tan blasfemo como se oye, y aún más obsceno es el camino de sugestión que pretenden venderle, haciendo suya un contienda que en nada nos compete, porque señores...¡PEMEX no es nuestro, nunca lo ha sido y nunca lo será!
Al menos yo no he recibido ni un pu.o peso de Petróleos Mexicanos. "Defendamos lo nuestro": Ja, ja, ja y me re- ja". "Hoy es el momento de invertir presupuesto del Estado en tecnología para el bien de todos": ¡POR FAVOR!, hace 30 años, durante el sexenio del brillantísimo José López Portillo se descubrió que nuestro país flotaba en petróleo, proyectando a nuestra nación como una potencia mundial, ¿pero qué hizo? ¿defendió al peso como un perro? Mmm, no, de hecho se devaluó la moneda y México se hundió en su oro negro, y a la fecha...¡sigue ahí y seguirá! ¡en el pozo!.
Mientras no haya un verdadero interés por transformar la mentalidad de una nación dominada por la ignorancia y la corrupción, mucho menos se invertirá en refinerías y plantas procesadoras de la tan preciada materia prima. Es inverosímil desde el punto de vista racional, no desde el de México mágico, que teniendo millones de litros de crudo, ¡tengamos que importarlo procesado y mucho más caro!
"Subió el petróleo, qué bueno": A ver idiotas, eso sería bueno si vendiéramos productos derivados del hidrocarburo, no si lo compramos; eso sin tomar en cuenta que proporcionalmente si el barril sube, el dólar baja, y al que no lo sepa, las reservas de un país se miden en dólares, y si este tipo de cambio baja, ¡el nuestro también!, junto con nuestro poder adquisitivo y nuestra posibilidad de saldar deudas. ¿Pues qué no han oído de
la Comer?, jaja.
El día de ayer tuve el infortunio de presenciar un spot larguísimo por cierto, lleno de sandeces y burlas al intelecto de una ardilla, donde una bola de palurdos, disque artistas se pronunciaban en contra de la reforma con las ya tan gastadas líneas del PRD. "Privatizar es completo, no poquito": ¡lumbreras!, "Que Pemex deje de ser la caja chica de Hacienda": ¿Son o se hacen? Pemex no es la caja chica de Hacienda, ¡es la caja inmensa de Romero Deschamps, Calderón y un sin fin de desgraciados y pusilánimes que sólo perforan el erario público. (Como dato cultural, los pozos ya desde hace varios años son explotados por una empresa llamada Halliburton, que es de un tal George W. Bush).
Pobre Tata Cárdenas, si él viera todo esto se preguntaría "¿Por qué no aproveché a los medios de comunicación? Les hubiera chingado más gallinas."
Estimados lectores, el punto de todo esto es que no hay seguir tragándonos las sandeces que nos dicen los azules, amarillos, tricolores y motitas. Son verdaderos vituperios a nuestro cerebro. Tengamos el criterio para saber que nada de esto nos atañe. Al menos a mi, ¡me importa un bledo si la gasolina tiene un águila o una lombriz ucraniana o un elefante con un turbante decorado con barras y estrellas! Seguirá siendo un combustible de mierda, seguiremos importando productos procesados y nuestros hospitales seguirán sin medicinas y las escuelas sin libros.
Y por favor, si ven algún perredista bloqueando alguna importante vialidad hoy en la tarde, ¡arrójenle una piedra!, como cuando Obrador se la lanzó a sí mismo siendo gobernador de Tabasco el día que quemó los pozos petroleros que hoy tanto defiende.
