16 jul 2009

ENTRE BATAS TE VEAS

Tos, gripe, tos, gripe, tos, tos, tos, tos, - "Caray, esto no puede seguir así". Una semana y no hay mejoría, ya no sirven las medicinas, me falta aire, ay, me les voy". Iré al médico".

Como buen mexicano valentón y desobligado decido ir con el galeno ya que me sentía realmente mal, y no era para menos. Diagnóstico: "Neumonía, tienes infectada las base de ambos pulmones, ¡hay que internarte ahora"!

En principio no dimensioné esas palabras pero al verme en un cuarto sin ventanas, en ropa interior y con la espalda descubierta por la nada atractiva bata de hospital comencé a creerlo.

Primer descalabro o arponazo, había que canalizarse, es decir, picarme la vena. ¡Qué dolor!, pero la tercera ya ni sentí.

Seis días pasé en una cama de plástico, con supuesto olor a ozono que esteriliza, con oxígeno, nebulizaciones, tomadas de presión cada hora y con una dificultad inmensa para dormir por el calor y no safarme la aguja.

El hospital no respeta ni sexo, ni horarios ni tabúes. Te revisan todo, donde sea y a la hora que sea, no importa si aún no amanece, te asean el cuarto, las comidas no conocen la sal y se dan muy temprano, y por enfermeras que en mi caso fueron amables.

Huelga quejarme, afortunadamene mis pulmones se fueron recuperando, pero ya no podía más, no es nada grato una estadía en blancos, y por tanto tiempo. Pero lo peor estaba por pasar...la cuenta.

El sistema de salud mexicano es absolutamente contrastante, ya que atenderse en las instituciones públicas es un completo riesgo. La otra vía es la privada, y sus costos son inverosímiles. Los honorarios del médico fueron inauditos y de no contar con un seguro, con la deuda me habría comprado un muy buen coche usado (y eso que fue un hospital modesto). De cualquier forma hubo que pagar deducibles, cuaseguros y más trámites que sólo terminar de sacar la última gota de sangre de tu arteria monetaria.

Moraleja y recomendaciones futuras: No fumar en mucho tiempo, abrigarme, cuidarme del aire acondicionado, ahorrar y revisar las pólizas de seguros, porque los hampones de la salud son peores que la mafia italiana, están entre nosotros y a cualquiera nos puede tocar.