28 ago 2007

¿TRABAJAR PARA VIVIR O VIVIR PARA TRABAJAR?

"El trabajo duro nunca mató a nadie pero...¿para qué arriesgarse?"

Edgar Bergen



Luego de observar que muchos compañeros egresados empiezan a librar la batalla de la búsqueda de empleo o de la incursión en él, me doy cuenta que no soy el único que vislumbra las bondades y fealdades de ganarse el pan.

Cuando uno aún está en la escuela lo que más añora es trabajar, percibir ingresos de mínimo "un diego", ser exitoso o por lo menos famoso. Pero qué sorpresa te das cuando un día ya no tienes que ir a calentar el asiento en una clase que las más de las veces no te interesa y tienes que buscar un porvenir, alardeando después de tu gran escuela, de tus sobresalientes prácticas profesionales y productos audiovisuales en Radio Mixcoac, de tus dotes en cuanto programa sólo aprendiste a diferenciar de Word y de los maravillosos y ponderados profesores.

No obstante, para las empresas, sólo eres uno más... ¿Lo tomas o lo dejas?

"Acepto". Grave acierto o error, no lo sé. Lo único real es que vas a tener que tragarte tus mentiras o verdades a medias y buscar agradar al entrevistador o en el mejor de los casos al que ya es tu superior. Pero vamos, es parte del proceso, todos han pasado por ahí alguna vez (Las herencias en dinero, puesto o especie no cuentan. No porque no valgan, sino porque no se valoran) y de ahí que tengamos que... o disfrutar de esta etapa y reconocer que nos van a a pagar por aprender o sufrir porque la rutina es deprimente y te tienes que levantar temprano.

No es fácil. Tu entorno llega a cambiar drásticamente y te olvidas de todo y de todos, incluyendo amigos, pasiones y hasta el blog o posiblemente todo ello te llegue a olvidar. En fin, lo cierto es que nada es estático y de cada uno depende ver el lado amable al durazno, a la madrugada o a los breves pero sustanciosos momentos en los que puedes convivir con tu gente querida y contigo mismo.

Los dejo, ¡se me hace tarde!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La receta de los recién graduados: agua y ajo. AGUAntarse las chingas y AJOderse un lustro para conseguir las promesas escolares. Esas que llegan, haciendo todo menos los que uno estudio.

Anónimo dijo...

Pero queríamos trabajar, ¿no?

Sergio Antonio SG dijo...

Dice un conocido que ha contratado a algunas personas de la UP, que nosotros llegamos esperando ser ejecutivos, porque creemos que la UP nos ha preparado lo suficiente con profesores, prácticas, materias y programas despampanantes. Pero la realidad no es así ahora nos toca ser en parte uno más en la cadena de ascensos, iniciar un proceso diferente de aprender y de aprehender. Por lo pronto hay que tener bien claro que la Universidad no te da todas las herramientas porque afuera todo es diferente y que nos toca aprender en ese mundo que tanto anhelamos cuando sólo calentábamos asientos en la escuela. A trabajar ya que como dice B, por el momento agua y ajo y tener muy en claro que aqui ya no te juegas tus calificaciones si no que estás jugándote el pan de cada día

Unknown dijo...

Qué decirte?

1. Trabajo casi 12 horas diarias... a veces hasta más
2. Aguanto pend... hasta hartarme. Existen más de los que imaginaba!!!
3. Estoy a dieta rigurosa.... como entre 2 y 3 veces por semana (contando sábados y domingos)
4. Aquí nos tocó trabajar...

P.D. Se me antojó un durazno... ya hace hambre :(

Anónimo dijo...

Y dímelo a mí, caminatas, bodegas, cajas, juguetes, hospitales,medicamentos, foros,jefes que sólo alardean, practicantes, nooooooo....... jaja