
Esperar no es lo mismo que tener fe o esperanza en algo o alguien, aunque suele ser confundido con ello. El acto de esperar implica solamente el esfuerzo de dejar pasar los segundos, días, años o eras a fin de que ocurra algún acontecimiento deseado.
Siempre se ha esperado que el ser humano realmente evolucione. Hoy se espera que el imperio estadounidense caiga por su propio peso, que el petróleo y el agua se agoten o que la contaminación finalmente acabe con el mundo que conocemos. No se desea, sólo se espera.
En el terreno individual, solemos esperar que nuestra vida social y económica mejore, que llegue el verdadero amor, que los hijos crezcan, que la tecnología resuelva los problemas. De manera conciente o inconciente, esperamos todo lo anterior; esperamos que la noche se torne en día, que las la luz sea sólo lo que se mira y que de un momento a otro llegue el suspiro que te expira.
Pero más allá de lo existencial, en la cotidianidad de la vida esperamos cosas tan triviales pero a la vez de suma trascendencia. Esperamos la navidad, esperamos nuestro programa favorito, esperamos que la novia termine de arreglarse antes de la cita, esperamos las vacaciones, esperamos que el semáforo se ponga verde, que empiece a la película. Esperamos una sonrisa, un abrazo, una felicitación, un saludo.
Desconozco hasta qué punto es razonable esperar. Lo cierto es que no es sano, porque de no haber algún resultado positivo, favorable o deseado, el derrumbe emocional puede ser devastador. Esperar es inútil, es dañino. Cuando más esperas algo, generalmente no llega, porque no te has puesto en sintonía para que lo que esperas, suceda.
Esperar no asume la posibilidad de lograr algo en tanto que no haya una acción encaminada a ello. Luego entonces, queda en uno decidir si sólo habremos de dejar correr el reloj o de ejercer la voluntad y conseguir lo que anhelas o te propones.
Será muy difícil, pero hoy he decidido moverme y tratar de no sufrir el estrago de las decepciones y jamás jamás... volver a estar a la espera.
2 comentarios:
imposible... siempre esperarás. la cosa es cómo y con quién, esperes.
Yo difiero, puedes esperar algo y al mismo tiempo estar en sintonía con lo que quieres que llegue. La diferencia está en no decir "algún día" sino empezar a manifestarlo en tiempo presente; hoy, ahora, aquí.
Lo demás son cosas del diablo...
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